Nosotros hemos ido primero al Imperial War Museum, ubicado en el barrio de Lambeth, a pocos metros de nuestro hotel. Allí se encuentra una exposición enorme y fasciante sobre las intervenciones militares en las que el Reino Unido ha participado en coaliciones internacionales. Evidentemente, la mayor parte de la exposición trata de las dos Guerras Mundiales.
En el hall principal, la recepción es apabullante. Hay aviones, tanques, cañones de artillería, bombas y hasta submarinos. Todos reales. Lo único que no era real, era una réplica de Little Boy, la bomba de Hiroshima. Destacaban un Panzer alemán, el tanque utilizado personalmente por el Mariscal Montgomery (el Monty, cuya torreta de ametralladora era falsa, ya que tenía que parecer un tanque como los demás, pero en donde normalmente iban las balas, sólo había aparatos de radio) y un impresionante misil V2 de los utilitzados por los Nazis para bombardear Londres en 1944, después del Blitz (el bombardeo que tuvo lugar entre 1940 y 1941).
También destacaban las exposiciones del Holocausto (que te dejan muy mal cuerpo) y el poder pasar por una recreación de una trinchera de la I Guerra Mundial.
Hemos ido al centro, para visitar otra sección del museo: el Winston Chuchill Museum y las Cabinet War Rooms, que comparten el mismo recinto. El primero está dedicado a la figura del líder británico, y el segundo consiste en un recorrido por el búnker utilizado durante la II Guerra Mundial por éste, y su Gabinete de Guerra, para dirigir las operaciones militares. Churchill no abandonó Londres pese a los bombardeos, y de hecho, Hitler no supo que el búnker estaba a unos pocos metros de 10, Downing Street.
Las Cabinet War Rooms son especialmente interesantes porque están tal y como se dejaron en 1945 (excepto alguna habitación y los pasillos, que han acondicionado para los visitantes). Así, se visitan el dormitorio de Churchill, las salas donde se reunían o donde éste se dirigía a la nación en sus famosos discursos radiofónicos. Todo ello con los muebles y aparatos originales.
Ya que estábamos allí, nos hemos acercado al nº10 de Downing Street, para ver la residencia del Prime Minister, y esto es todo lo que nos hemos podido acercar:
Por último, hemos dado un paseo por el cercano Saint James's Park, lleno hasta los topes, sobretodo de turistas. Hemos hecho unas fotos a unos cisnes y pelícanos y nos hemos ido al aeropuerto.
Impresiones
- Los ingleses están volcados en la boda... no, mejor dicho, en el negocio de la boda de William y Kate. Por todos lados puedes comprar artículos de todo tipo relacionado con ellos. Incluso en los restaurantes te preguntan si has ido a Londres por la boda.
Lo mejor/La sorpresa del día: Pues al ver los tanques, los aviones, las bombas, las minas, ... del Imperial War Museum, pensábamos que lo mejor iba a estar claro, pero lo cierto es que las Cabinet War Rooms nos han impresionado agradablemente, por lo que significó, por lo interesante y por lo bien conservado que está todo. Y es que está tal y como quedó en 1945 (pero limpio de polvo).
Lo peor/La decepción: Downing Street. Más que nada porque no se ve ni la puerta desde la verja.
WooooooooooW!!
ResponderEliminarSe me habia olvidado vuestro blog!!!!!!!!!!!!
Mu bonicas las fotos... ya las hace el tal Nico?
Esta tarde le echo un ojo e iré dejando comentarios, sin trollear ^^
20min-boy