sábado, 7 de mayo de 2011

Los WTF del viaje a Londres

Como última entrada, vamos a mostrar los WTF que nos hemos encontrado en nuestro viaje de Londres. No han sido tan numerosos o espectaculares como en EEUU o Japón, pero alguno no tiene desperdicio! Aquí van:

En primer lugar, enfrente de la tienda Coolbritannia , al lado de Picadilly Circus, nos encontramos absolutamente todos los artículos que se te ocurran que podrías comprar, relacionados con la Union Jack, o con la boda de William y Kate. En la puerta, dándote la bienvenida, este señor tan elegante. Supongo que se llamaría Jack...


Una costumbre que hemos visto que tienen en Londres es, al salir de la oficina, ir a tomar unas cervezas con los amigos/compañeros. Todos en la calle para fumar. Hasta aquí, OK. Lo raro es que parece que está de moda cambiarse los pantalones, y tomar la caña con tu camisa, tu corbata y... ¡tus pantalones de colores!! Como diría Mourinho: ¿por qué? ¿poooor qué?


Y luego está el tema de los lavabos públicos. Hay varios repartidos por la ciudad. Los curiosos son los que están en la calle, porque... son al aire libre! Esta foto está tomada en la calle Strand, a pocos metros de Trafalgar Square. No vimos la versión femenina de estos urinarios...


Un WTF típico es encontrarte una tienda en la que el nombre no encaja con algo. A ver si averiguáis qué no encaja en este letrero...


En una semana, vimos dos manifestaciones. La primera era una especie de cofradia o asociación, y desfilaban por el centro escoltados por los Bobbies. Pero los segundos... ¿éstos de qué van? ¿de elfos? ¿de camuflaje? ¿por qué algunos llevan cuernos? ¿qué celebran? Por si estaban invocando al demonio, salimos al trote alejándonos del lugar...


¡Jaj! Y para risas, nada como visitar el Tate Modern. Los artistas se salían constantemente. Esta obra nos llegó al corazón: una especie de pueblo pintado con carboncillo en la pared, con dos cuervos clavados con flechas en ella. Para nuestra sorpresa, la audioguía confirmaba "que sí, que se trata de eso mismo, de cuervos muertos clavaos con flechas". No se puede negar que sean sinceros.


Y poco más que añadir. Cargaremos fuerzas para nuestro próximo viaje!

domingo, 1 de mayo de 2011

Resumen del viaje. Parte 1: Highlights

Tras haber descansado unos días, ya podemos hacer balance de lo que más nos ha gustado de Londres, los que para nosotros, de lo que hemos visto, son los imprescindibles: los Highlights!

Haremos un Top 5, que tiene rima fácil:
5- La Torre de Londres es muy chula. Pero el problema, quizás, es que la masificación de turistas, los cuervos en las jaulas, los Beefeaters haciendo de guías, los puestos de helados, y las colas para entrar en algunas salas; todo ello le da un ambiente de parque de atracciones que le quita mucho encanto. Por eso no llega a ocupar un lugar en el Top 5. Lo que sí merece entrar es la colección de Joyas de la Corona Británica. La corona de San Eduardo, la corona Imperial del Estado, la corona imperial de India (espectacular, usada una vez en la historia) y sobre todo, el diamante Cullinan I, o Primera Gran Estrella de África, engarzada en el Cetro de la Cruz, el diamante más grande del mundo. Entrar a la Torre de Londres vale la pena sólo por verlos.


Así de grande es el Cullinan I

Las Joyas de la Corona Británica

4- En cuarto lugar, hay que poner el espectacular British Museum. Como todos los museos inmensos, te puedes perder horas y días dentro, así que destacaremos la espectacular colección de frisos, estatuas y metopas del Partenón de Atenas, la piedra Rosetta, las momias egipcias y los restos de dos de las Siete Maravillas del Mundo que conserva: los del Templo de Artemisa y los del Mausoleo de Halicarnaso.
Ná, una estatuilla del Mausoleo
















3- En tercer lugar, la Abadía de Westminster. Estos días no para de salir en la tele. La Abadía es preciosa, aunque no tan grande en su nave central como otras catedrales que ya hayamos visto. De la Abadía, como ya dijimos, destaca la Capilla de Henry VII (Lady Chapel), que tiene un techo y un todo, maravilloso.

2- En segundo lugar, el Palacio de Westminster, o más conocido como el Houses of Parliament. El edificio por fuera es asombroso. El Big Ben no nos ha parecido más pequeño de lo esperado, sino todo lo contrario (mide 96m de altura, y la aguja de los minutos, 4m!), y mucho más bonito y brillante de lo previsto. Y por dentro, como palacio que es, lleno de estatuas, suelos artesanados... y no se puede olvidar la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, que son muy curiosas de ver. Nos ha encantado.



House of Lords

House of Commons
1- Y por último, lo que más nos ha gustado de nuestra visita a Londres... no está propiamente en Londres. Se trata del Castillo de Windsor, la casa de la Reina de Inglaterra. No tiene desperdicio: es el castillo medieval mejor conservado, pues se sigue usando como residencia. Y ¡mola ver un castillo medieval! Y si, además, le añades una Casa de Muñecas magnífica, joyas, cuadros, tapices, vidrieras, capillas, tumbas de reyes, una Reina que estaba por allí y te preguntas si cuando irás al lavabo te la encontrarás casualmente allí... En fin, muy muy chulo e imprescindible.


Y como Bonus, hay otras dos cosas que nos gustaron mucho que creemos que merece la pena una visita, pero esto ya es muy personal:
  • El Mercadillo de Camden, si os gusta ver el ambientillo juvenil/canalla de domingo por la mañana.

  • Y las Cabinet War Rooms, el búnker donde Churchill y su Gabinete de Guerra dirigieron las operaciones militares durante la II Guerra Mundial. Al acabar la guerra, los que allí trabajaron cerraron y se fueron. Así que cuando reabrieron las puertas, se lo encontraron (y lo conservaron) tal y como quedó la cosa, incluso con los puros de Churchill o los azucarillos de un comandante. También se pueden escuchar conversaciones entre Churchill y Roosevelt, y ver el Churchill Museum.Visita cultural/friki/históricamente imprescindible.
La silla diferente, es la que usaba Churchill

viernes, 22 de abril de 2011

DÍA 7, viernes 22 de abril: Imperial War Museum, War Cabinet Rooms y St. James's Park

Nuestro último día ha servido para acabar de ver unas atracciones menos populares, evitando las hordas turísticas que hemos visto hoy por el centro. Se nota que es Viernes Santo, porque los alrededores de la Abadía de Westminster y del Parlamento están atestados de turistas.

Nosotros hemos ido primero al Imperial War Museum, ubicado en el barrio de Lambeth, a pocos metros de nuestro hotel. Allí se encuentra una exposición enorme y fasciante sobre las intervenciones militares en las que el Reino Unido ha participado en coaliciones internacionales. Evidentemente, la mayor parte de la exposición trata de las dos Guerras Mundiales.


En el hall principal, la recepción es apabullante. Hay aviones, tanques, cañones de artillería, bombas y hasta submarinos. Todos reales. Lo único que no era real, era una réplica de Little Boy, la bomba de Hiroshima. Destacaban un Panzer alemán, el tanque utilizado personalmente por el Mariscal Montgomery (el Monty, cuya torreta de ametralladora era falsa, ya que tenía que parecer un tanque como los demás, pero en donde normalmente iban las balas, sólo había aparatos de radio) y un impresionante misil V2 de los utilitzados por los Nazis para bombardear Londres en 1944, después del Blitz (el bombardeo que tuvo lugar entre 1940 y 1941).


También destacaban las exposiciones del Holocausto (que te dejan muy mal cuerpo) y el poder pasar por una recreación de una trinchera de la I Guerra Mundial.

Hemos ido al centro, para visitar otra sección del museo: el Winston Chuchill Museum y las Cabinet War Rooms, que comparten el mismo recinto. El primero está dedicado a la figura del líder británico, y el segundo consiste en un recorrido por el búnker utilizado durante la II Guerra Mundial por éste, y su Gabinete de Guerra, para dirigir las operaciones militares. Churchill no abandonó Londres pese a los bombardeos, y de hecho, Hitler no supo que el búnker estaba a unos pocos metros de 10, Downing Street.

Las Cabinet War Rooms son especialmente interesantes porque están tal y como se dejaron en 1945 (excepto alguna habitación y los pasillos, que han acondicionado para los visitantes). Así, se visitan el dormitorio de Churchill, las salas donde se reunían o donde éste se dirigía a la nación en sus famosos discursos radiofónicos. Todo ello con los muebles y aparatos originales.

 

Ya que estábamos allí, nos hemos acercado al nº10 de Downing Street, para ver la residencia del Prime Minister, y esto es todo lo que nos hemos podido acercar:


Por último, hemos dado un paseo por el cercano Saint James's Park, lleno hasta los topes, sobretodo de turistas. Hemos hecho unas fotos a unos cisnes y pelícanos y nos hemos ido al aeropuerto.


Impresiones
  • Los ingleses están volcados en la boda... no, mejor dicho, en el negocio de la boda de William y Kate. Por todos lados puedes comprar artículos de todo tipo relacionado con ellos. Incluso en los restaurantes te preguntan si has ido a Londres por la boda.

    Lo mejor/La sorpresa del día: Pues al ver los tanques, los aviones, las bombas, las minas, ... del Imperial War Museum, pensábamos que lo mejor iba a estar claro, pero lo cierto es que las Cabinet War Rooms nos han impresionado agradablemente, por lo que significó, por lo interesante y por lo bien conservado que está todo. Y es que está tal y como quedó en 1945 (pero limpio de polvo).

    Lo peor/La decepción: Downing Street. Más que nada porque no se ve ni la puerta desde la verja.

    jueves, 21 de abril de 2011

    DÍA 6, jueves 21 de abril: British Museum, Regent's Park y Mayfair

    Esto ya se acaba! Hoy, un día soleado y caluroso como lo están siendo todos, hemos visto el último gran hito de nuestro viaje a Londres: el British Museum.


    El British Museum es el más importante y grande de la ciudad. El que pugna con el Louvre en ser el museo de historia más importante del mundo. Y lo cierto es que presenta unas credenciales espectaculares; gracias a la política de adquisiciones, saqueos y expolios de la Corona Británica, las colecciones que se pueden visitar son espectaculares. Te puedes pasar días mirando todas las obras de arte que hay que ver, desde la prehistoria a la actualidad. Pero hay que destacar unas por encima de otras.

    En primer lugar, la espectacular galería dedicada al Partenón, de la Acrópolis de Atenas. Literalmente, se trajeron de allí los frisos, metopas y estatuas que decoraban la fachada del Partenón. Son tallas finísimas y preciosas, además de enormes de tamaño.


    En segundo lugar, la que probablemente es la pieza más importante del museo: la Piedra Rosetta, de más de un metro de alto, que es un decreto egipcio del año 196 A.C., traducido al griego clásico y al egipcio demótico, y cuyo hallazgo en 1799 permitió a los historiadores (al fin!) descubrir qué significaban los jeroglíficos egipcios.

    ¿Dónde está Wally?, digo, Nuria?

    En tercer lugar, destaca la colección egipcia de sarcófagos, momias y estatuas, que están muy bien conservadas. De hecho, el Louvre tiene sarcófagos mejor conservados, pero estas momias estaban, vamos que muy frescas. Que listas para salir a pasear...

    Y, en cuarto lugar, destaca la colección de arte clásico griego y romano, con unas estatuas de una calidad pasmosa. Y, en esta colección, destacan dos salas. Una, contiene una pieza de una columna del mítico Templo de Artemisa. La pieza es enorme, pero es que el templo, de 115x55m era el templo más grande del mundo griego. Y, de hecho, era una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.

    Y si el ver esa pieza del templo te hacía volar la imaginación, una sala cercana te quitaba el hipo. Contiene todos los restos que quedan en el mundo de la tumba del Rey Mausolo, también conocida como el Mausoleo de Halicarnaso, que es otra de las Siete Maravillas. Sólo el ver el tamaño de las estatuas que lo decoraban, ya asusta. Pero es que además, eran chulísimas. Y había una estatua de caballo... que su cabeza era casi tan grande como medio Cristian!! Esta tumba fue tan famosa, que dio origen a la palabra mausoleo.


    Después de esta visita, hemos ido a dar un paseo relajante por el bonito Regent's Park. También hemos aprovechado el día tan bueo que hacía para tomar el sol un rato por allí. El parque, al igual que el de Greenwich, tiene un césped muy bien cuidado, y los londinenses lo disfrutan que da gusto.


    Hemos cogido el metro en el barrio de Mayfair, en concreto en la parada de metro que hay enfrente de la casa/museo de Sherlock Holmes: el 221b de Baker Street.

    Para acabar el día, hemos pasado por Harrod's, para ver el memorial a Lady Di y Dodi Al-Fayed (hortera a rabiar) y nos hemos ido a cenar otra vez al barrio de Mayfair. Por cierto, que hoy ha sido un día de típica gastronomía inglesa: hemos desayunado un English Breakfast (huevo frito, salchichas, bacon, lomo, champiñones, tomate asado y judías blancas con tomate), hemos comido un sandwich de pan integral con pavo, queso y lechuga (todos los oficinistas londinenses comen de esto en el rato que les dan para comer) y hemos cenado un fish and chips en un restaurante (el Golden Hind) del que se dice que hace el mejor bacalao de Londres. Por si alguien quiere copiarnos el menú: primero unos fingers de queso feta, luego un bacalao con patatas y de postre un bizcocho caliente con natillas y el acierto es seguro.

    Impresiones

    • Ahora viene el comentario escatológico: será por el metro, o será por la contaminación de Londres, pero los mocos salen negros. Es muy raro; no sé, a mí me recuerda al deshollinador de Mary Poppins...
    Lo mejor/La sorpresa del día: Pues los highlights que hemos mencionado del British.

    Lo peor/La decepción: los transbordos del metro. Y es que Londres está muy bien comunicada, pero los transbordos son muy largos. Y hoy hemos tenido que hacer muchos transbordos, y hemos acabado hasta el gorro.

    DÍA 5, miércoles 20 de abril: St. Paul's Cathedral, Tower Bridge y Tower of London

    Escribimos estas líneas poco antes del Barça-Madrid, así que se entenderá que seamos breves, pues hay que ir a un Pub a ver el partido!!

    Hemos empezado el día bien temprano, con una visita a la famosa Catedral de San Pablo, que destaca por tres razones: contiene las tumbas del Almirante Nelson y el Duque de Wellington, héroes de la guerra contra Napoleón (el primero, además, hundió la Armada invencible en la batalla de Trafalgar, mientras que el segundo fue el líder en Waterloo); es símbolo de la resistencia britanica durante los bombardeos de la II Guerra Mundial (aguantó en pie, incluída su inmensa cúpula, gracias a las rondas de voluntarios que apagaban inmediatamente los fuegos causados por las bombas incendiarias que le caían encima); y se casaron el Príncipe Charles y Lady Diana Spencer en 1981.


    La catedral es espaciosa y está muy bien restaurada, pero no te deja con la boca abierta. Así que hemos salido y nos hemos dirigido al Tower Bridge.

    El Tower Bridge es el puente más famoso de Londres. Se construyó porque el puente más cercano, el Puente de Londres, se colapsaba con las 170.000 personas que querían cruzarlo a diario. ¡Qué cantidad de gente! Pero a la vez, al estar las dársenas aguas arriba de donde se iba a construir, debia ser levadizo. Así que los ingenieros de turno idearon un puente de dos niveles: el superior, unas pasarelas peatonales fijas, y el inferior, un poco para todo, y levadizo. Una vez diseñado el puente y el ingenioso mecanismo hidráulico, un arquitecto cambió el tipo de ladrillo por otro para darle color gris, y añadió detalles goticos para adornar las torres. Y luego dicen que siempre me meto con ellos...


    En la actualidad, las torres y las pasarelas contienen exposiciones sobre su construcción y su mecanismo, así como sobre otros puentes.

    Al lado del puente, hemos podido ver el City Hall, o Ayuntamiento. Como curiosidad, el Alcalde debe ser elegido cada año, y tras el acto, ser paseado en una carroza. Aquí os dejamos una foto del edificio:


    Y después de comer, hemos ido a visitar la Joya de la Corona. Nunca mejor dicho. Hemos visitado la Torre de Londres, un recinto amurallado que contiene diversos edificios, que fueron aposentos reales, almacenes, mazmorras, armerías, etc. En la actualidad, destacan dos colecciones que se encuentran en el interior: una muestra de armaduras de varios reyes, sobresaliendo las de Enrique VIII; y sí, las Joyas de la Corona.


    Tras pasar a través de unas puertas de 2 toneladas, cada una, se pueden ver los objetos más valiosos de Gran Bretaña. Por ejemplo, la Corona de San Eduardo (la de la Coronación), de oro macizo, que sólo se usa durante 15 minutos, y sólo durante la ceremonia de coronación. Hace pues 59 años que no se usa... También está la Corona Imperial de gala (con 3.733 piedras preciosas), que es la que usa la Reina cada año en la apertura del Parlamento. No se puede expresar lo que brillan las joyas, con sus diamantes (cientos y más cientos), rubíes, topacios,... pero valga este dato: en el Cetro Real está engarzado el mayor diamante del mundo, la Primera Estrella de África, de 530 quilates!!!


    Impresiones
    • Es sorprendente lo sensacionalistas que son los diarios. La prensa rosa está mezclada en todo el diario con las noticias serias.
    • Hoy hemos comido patatas Lays sabor de cóctel de gambas. No hace falta que digamos por qué no se venden en España: sólo hay que probarlas.

    Lo mejor/La sorpresa del día: el diamante del Cetro Real.

    Lo peor/La decepción: quizás, por esperar más, el resto del contenido de la Torre de Londres. Rectificamos, lo peor, aguantar a los hooligans madridistas y quedarnos sin cenar, para ver lo de Mestalla. Madre mía... (y encima han documentado gráficamente el momento)

    martes, 19 de abril de 2011

    DÍA 4, martes19 de abril: Windsor y Tate Modern

    Lamentablemente, estamos teniendo problemas con internet en el hotel, lo que está haciendo que tardemos en actualizar el blog, y no podamos hacer los posts en condiciones. Parece que al volver a Barcelona habrá que retocar alguno. Lo que faltaba: ¡un blog con actualizaciones!

    A lo que íbamos: Hoy hemos salido de Londres. Hemos visitado el pueblo de Windsor. Bueno, vale, del pueblo hemos visto poca cosa, porque lo que hemos ido a ver es el Castillo de Windsor, la casa de la Reina de Inglaterra. Pero... ¿estaba ella allí? Luego responderemos a la pregunta!

    Para llegar a Windsor hay dos trenes que te llevan desde Londres. El que nos entraba en el London Pass se tenía que coger, primero un tren de Paddington a Slough, y luego hacer transbordo hasta Windsor. Una vez allí, hemos esperado unos minutitos a que abrieran las puertas, y al fin hemos podido entrar en el castillo.


    El castillo de Windsor es de los pocos castillos medievales que quedan en el mundo, y tiene su origen en el año 1070, con Guillermo el Conquistador. Uno de los motivos de que esté tan bien conservado es que es la residencia de los reyes. Insisto, ¿estaba la Reina dentro? En este castillo, además, está enterrada la Reina Madre y su marido.
     

    El castillo es precioso. Magnífico e imponente. En el centro, hay una torre cilíndrica, rodeado de un foso que, al estar vacío, forma un bonito jardín. En lo alto de la torre hay una bandera izada. Si la bandera es la Union Jack (la de Gran Bretaña), la Reina no está en el castillo. Hoy la bandera era la de la Casa Real, luego sí, la Reina estaba allí. Pero no, no la vimos.



    Para entrar en las dependencias reales, primero se visita la espléndida Casa de Muñecas (Queen Mary's Dolls' House) de 1923, que tiene electricidad y las cañerías de los retretes funcionan. Luego se visitan las magníficas habitaciones decoradas con cuadros de Rubens o Van Dyick, entre otros; así como armerías, exposiciones de vajillas, muebles y comedores.

    Además, hemos podido presenciar un cambio de Guardia (esta vez, la banda ha tocado Hard Day's Night y Yesterday, de los Beatles) y Cristian ha hecho el idiota con un Guardia con cara de pocos amigos. Animalico...

     


    Por último, hemos visitado la St. George's Chapel, donde están enterrados los padres de la Reina, entre otros reyes.

    De regreso a Londres, nos dirigimos al museo de arte moderno Tate Modern, el edificio del cuál era una central eléctrica, y ahor está en obras para su expansión. En este museo hemos visto obras de Miró, Picasso, Monet, Warhol, Mondrian, Rodin o Pollock. Y, en fin, que no entendemos mucho de esto, porque no nos ha gustado nada. Dejemos aquí una imagen de lo que más nos ha gustado, el Beso, de Rodin.



    Bueno, y también nos han gustado las vistas del bar de la terraza, con la St. Paul's Cathedral, que visitaremos mañana, al fondo.
     

    Por la noche, hemos paseado por la orilla del Támesis, que es una zona con mucha vida de jóvenes (y no tan jóvenes) que cenan, se toman unas copas o incluso hacen botellones en la calle. El London's Eye, la noria gigante, sigue funcionando y le da un toque muy moderno.

    Lo mejor/La sorpresa del día: Pues el castillo de Windsor en conjunto. Una pasada.

    Lo peor/La decepción: Pues en conjunto, todas las obras de la Tate Modern. Como ejemplo del sentimiento que nos ha dejado la visita, reproducimos las palabras de la audio-guía a una obra de un collage de 1920: “Al fondo, en la esquina, la mancha azul parece que se asemeja a una cara, y unos puntos que salen de la boca, que podrían ser las palabras del autor. Así, el título del cuadro, Aforismo, podría referirse a esas palabras.” Vale, o sea ni el guía sabe lo que está viendo...

    lunes, 18 de abril de 2011

    DÍA 3, lunes 18 de abril: Westminster, National Gallery y Hyde Park

    Hoy ha sido otro día de caminatas y acabar destrozados. Esto tiene pinta de que va a ser así todo el viaje. Empecemos con la explicación, que mañana toca madrugar.

    Hemos comenzado el día con la visita a una de las atracciones estrellas de Londres, la Abadia de Westminster, que será el lugar donde la semana que viene se casarán los herederos del heredero de la corona de Inglaterra: William y Kate. Y vaya si se notaba: estaban trabajando a marchas forzadas los operarios de las cadenas de televisión, los de limpieza y mantenimiento y los de la policía. Pero vamos por orden; primero hay que entrar, y para ello, desde antes que abrieran ya había cola. Así que 15 minutitos de espera y para adentro. Y hemos hecho bien en ir a primera hora: la abadía se llena hasta arriba, y luego los de la cola tienen que esperar que se vaya vaciando.



    La visita se hace con una audioguía y se empieza por el altar mayor. El altar donde se coronan los reyes de Inglaterra desde hace diez siglos y donde se ofician sus funerales. Dicho esto, no es ni muy grande ni muy espectacular. Lo veremos la semana que viene, pero en la boda del día 29, de los 1500 invitados, ahí caben como mucho unos 300. El resto van a tener que verlo por pantallas de televisión. Enfrente del altar, el coro y un órgano doble muy bonito.

    La abadía es muy chula por las capillas ornamentadas y las tumbas reales con estátuas de mármol. Merece una especial mención la Capilla de Henry VII (Lady Chapel). El techo abovedado gótico es precioso, maravilloso, podríamos decir. En ella están las tumbas del Rey y su mujer Elizabeth de York. Y a los lados, las de Elizabeth I y María Tudor.

    El resto de la abadía es más normalito. Por ejemplo, la Coronation Chair, donde se han coronado todos los monarcas, es muy sencillita y está muy perjudicada. Las cristaleras son muy coloridas, pero las paredes y techos no matan. Y no es muy grande. Pero impresiona pasear por donde están enterrados la mayoría de los reyes, y personajes como Isaac Newton o Charles Darwin, entre otros.

    Al salir, hemos visitado la prescindible Jewel Tower, que era la torre donde se guardaban las joyas de la corona, hasta que se las llevaron a la Torre de Londres. Y así está este edificio: vacío. Nada que ver.



    Dando un paseo, hemos llegado a la Catedral de Westminster, de estilo Neobizantino, de ladrillo rojo, y de religión católica. La fachada es una pasada, y es lo mejor con diferencia. El interior es muy sencillito; además, los ladrillos se han vuelto negros del humo de las velas. Como empezaba una misa, nos hemos ido a comer, y a otra cosa mariposa.


    Esa cosa ha sido la National Gallery, museo de pintura clásica situado en Trafalgar Square. Hemos podido ver cuadros de Da Vinci (uno que sale en el libro abominable de Dan Brown), Tiziano, Rubens, Boticelli o Van Gogh. Nos han gustado mucho Los Embajadores, de Holbein; y Los discípulos de Emmaús, de Caravaggio. Y la Venus del espejo, de Velázquez, no estaba mal.



    Luego hemos cogido el metro y nos hemos ido al Hyde Park. Allí, alquilamos unas bicis (el Bicing de allí lo puede usar cualquiera) y hemos paseado por el parque. Lo cierto es que es muy grande y muy chulo, y la gente lo disfruta del todo. ¿Y qué hay en Hyde Park? Básicamente césped, y algunos lagos con cisnes y patines. Hay alguna estátua, como la famosa estátua de Peter Pan.

    Aqui tenemos a la ciclista, de cinco meses y como le mete!

    Esta es la famosa estatua de Peter Pan
    También está el recuerdo a Lady Di (Princess Diana Memorial Funeral), que es un canal en que el agua cae y la gente camina descalza. Y un monumento (Albert Memorial) al marido de la Reina Victoria. Y también está el Speaker's Corner, donde la gente se puede subir a una caja y decir lo que le venga en gana sin miedo a represalias. Pero sólo se hace los domingos, así que nada.

    Impresiones:

    • Los ingleses son especiales para todo. Los mapas están orientados de cualquier manera: ahora el norte a la derecha, ahora el sur para arriba, ... Cada mapa, es un mundo. Y confunde.
    • Algo parecido pasa con la derecha y la izquierda. Conducen por la izquierda, vale. Pero a pie, van por... bueno, depende del sitio. Hay túneles del metro que te dicen que te pegues a la izquierda. Otros, que a la derecha. Y lo mismo pasa en las escaleras metálicas. Es un poco como en Japón.
    Lo mejor/La sorpresa del día: La Lady Chappel, de Westminster Abbey

    Lo peor/La decepción: La Jewel Tower. En serio, que pongan alguna cosa dentro, no sé... una foto a tamaño real de David Beckham para hacerse fotos, qué sé yo...